EDUCACIÓN PARA LA PAZ
Para lograr la paz, se debe trabajar desde la infancia, que es la mejor etapa para sembrar la semilla de la paz. En el libro Educación y paz de María Montessori, nos invita a construir una ciencia de la paz para ayudar a educar a los hombres en armonía. Porque la paz se basa en la naturaleza misma del hombre.
“Sembrad en los niños ideas buenas, aunque no las entienda; los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón”. María Montessori
Cada niño y niña siente que pertenece a un grupo, que el bien común beneficia a todos, se apoyan mutuamente. Cuando se sienten unidos surge la cooperación, pero sobre todo la armonía. Y ahí es cuando se logra la satisfacción propia y por cada miembro. Para ello nuestra escuela está impregnada de normas de gracia y cortesía. No sólo es importante que el niño aprenda los colores, las formas, ... sino que, para su desarrollo integral, es fundamental que sea una persona con valores.
Estas normas de gracia y cortesía como saber mover una silla, saber sentarse y levantarse, saber desplazarse por la clase, pedir las cosas por favor, dar las gracias, saber saludar y despedirse, aprender a transportar objetos, a moverse por el espacio ... y muchísimas más, tratan de propiciar en el niño un ambiente de paz y respeto hacia los demás y de prepararle para entrar en sociedad y convivir.
Primero hemos pintado a los niños de blanco las manos como símbolo de la paz, y las han alzado bailando al son de la canción "I've Got Peace in My Fingers" .
A continuación los niños han pintado piedras con témpera blanca, construyendo el camino de la paz. Se ha elaborado un mural donde han colocado las piedras. Con esta preciosa actividad ha quedado reflejada la felicidad, paz y concordia que se respira en todos los espacios de nuestro Centro.
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