LA IMPORTANCIA DEL AMBIENTE Y EL MATERIAL MONTESSORI

El ambiente Montessori se respira en nuestra Escuela en todos sus espacios, desde el vestíbulo o recibidor, pasando por los pasillos hasta llegar a las aulas. 

Montessori es una filosofía de vida, es una forma continua de ser y estar y ese  es el objetivo final que pretendemos conseguir.

Aún así, cuando nos planteamos implantar esta metodología, las profes de Educación Infantil fuimos muy conscientes de la necesidad de invertir, en tiempo en un primer momento, en formación Montessori y en materiales específicos. En fin, recursos necesarios e imprescindibles para poner en marcha esta metodología. 

Al principio, no contábamos con mucho material, pero hemos ido adaptando el que teníamos y comprando material específico, considerando este gasto como una inversión personal y profesional. 

Ésto nos ha supuesto un gran esfuerzo laboral y económico, pero está siendo sobradamente satisfecho dada la motivación que tienen nuestros alumnos y el cambio positivo que para ellos ha supuesto.

Y os preguntaréis, ¿Por qué esa inversión en el material específico Montessori? ¿Por qué es tan importante el material para trabajar con esta metodología? A continuación os exponemos las respuestas:

María Montessori elaboró un material didáctico específico, que constituye el eje fundamental para el desarrollo e implantación de esta metodología. El material no es un simple pasatiempos, es un material didáctico para enseñar. Está ideado a fin de captar la atención del niño, de guiarlo por el deseo de aprender. Estos materiales didácticos pueden ser utilizados de manera individual o en grupo y son autocorrectivos, de manera que ninguna tarea puede completarse incorrectamente sin que el niño se dé cuenta. 

El ambiente Montessori es un lugar amplio y abierto, ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del niño. El ambiente es proporcionado a la medida de los niños, con estanterías bajas y distintas medidas de mesas y sillas donde se sientan los niños individualmente o en grupos. Cada niño utiliza el material que elige tomándolo de la estantería y devolviéndolo a su lugar para que pueda ser usado por otros.

Sentimos gratificado nuestro trabajo como maestras cuando ves que tus alumnos aprenden, a la vez que disfrutan, tal y como decía María Montessori: “Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño”.