"El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros educadores, solo podemos ayudar...Así daremos testimonio del nacimiento del hombre nuevo". María Montessori

PREPARANDO NUESTRO HUERTO ESCOLAR PARA LA TEMPORADA DE OTOÑO


Aprovechando las lluvias tan necesarias de los últimos días que han hidratado y ablandado la tierra, hemos estado limpiando y preparando nuestro huerto escolar para  la temporada de otoño.
El huerto escolar es un aula de ciencias al aire libre. Mediante la programación de las actividades que realizan nuestros alumn@s en el huerto escolar, se trabajan contenidos procedentes de las distintas áreas Montessori: Vida práctica, sensorial, matemáticas, lenguaje, ciencias y educación para la paz.

Con el huerto escolar trabajamos contenidos como el uso y cuidado del material de jardinería. Los niños adquieren autonomía y coordinación motora, coordinación óculo manual, adquisición de fuerza en las manos (retirando malas hierbas, arrancando raíces, ...) tal y como muestran las fotos.

Están trabajando los cinco sentidos:

- Colores y formas de las plantas, de los bancales, textura de la tierra, de la arena del mantillo, texturas y formas de las hojas de las diferentes plantas.
- Desarrollando la escucha activa en las explicaciones para trabajar el huerto, oyendo el susurro de las hojas de los árboles que se balancean dando la despedida al verano, oliendo las diferentes plantas y arbustos.
- Probando los diferentes frutos que nos ofrece la tierra.

Toda una "explosión para los sentidos del niño" que, como una esponja, va absorbiendo, asimilando todas estas experiencias.

Al enseñar ciencias en contacto directo con la naturaleza en el huerto escolar a nuestros alumnos de 3, 4 y 5 años, les ofrecemos oportunidades para explorar, experimentar y descubrir el mundo que les rodea.
El poder tener un huerto en el cole nos ofrece un gran abanico de ventajas como estáis viendo.

Para un adulto llega a suponer un esfuerzo apreciar la belleza presente en la naturaleza. Necesita detenerse a observar de manera intencionada. Resulta emocionante contemplar cómo los niños hacen lo mismo con absoluta espontaneidad. Cuando un niño tiene la oportunidad de jugar en la naturaleza, su impulso es apreciar las plantas y los insectos, jugar con el agua de los charcos, palpar la tierra y las piedras...

María Montessori nos transmite su convencimiento de que educar en la naturaleza en las escuelas no solo es posible, sino también necesario. Tal y como ella nos dice: "Debemos proporcionar al niño motivos de actividad y, al mismo tiempo, conocimientos que pudieran interesarle: estas son, en este como en cualquier otro campo, las posibilidades de la educación escolar".









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